Un año mas finaliza el campamento de navidad del grupo de Tiempo Libre de Egibide, y como cada año toca contarnos nuestra experiencia.
Este año nos reunimos chavales de 1º, 2º, 3º y 4º de la ESO de los
distintos campus de Egibide con motivo de la celebración de las
olimpiadas de invierno, que esta vez tenían su sede en Alsasua.
Cada
continente tuvo su delegación presente para competir y alzarse con la
victoria. A pesar del frio y la niebla, la delegación de Oceanía llegó
andando desde Araia, admirando los bellos paisajes del valle. Mientras,
el resto de continentes comenzaron el día con un juego de pistas por el
pueblo para conocer la sede de los juegos.
Tras reponer fuerzas
en la comida, las delegaciones se prepararon para la ceremonia inaugural
de los juegos y para dar la bienvenida a la delegación Oceanía. Fue
una intensa tarde de preparativos, ensayos y confección de trajes para
la cena.
En la cena de gala el titán Atlas y el presidente del COI Juan Antonio
Samaranch recibieron a las delegaciones y presentaron el Marcador Olímpico en el que las delegaciones irían sumando puntos durante las
olimpiadas. Mientras los participantes iban degustando los platos
preparados por los chefs/pastoralistas, cada uno de una esquina del
mundo, las distintas delegaciones fueron presentando frente al resto sus
actuaciones, dando así a conocer sus culturas. Tras la ceremonia
inaugural y antes de descansar, todas las delegaciones se reunieron en
una pequeña oración para recoger todo lo vivido durante el día y
reflexionar acerca de lo que cada uno de nosotros puede hacer para
iluminar la vida de los demás.
Al despertar y tras una pequeña
oración, comenzaron las primeras pruebas de las olimpiadas con un Kermex
y un Bidecathlon, tras los cuales América del Sur se situó en primera
posición, seguida de África y Oceanía, pero todavía quedaba mucha
competición. A la tarde, los continentes dejaron a un lado la
competición y recorrieron Alsasua para conocer las distintas culturas de
cada continente. Tras ello, Atlas se presentó enfadado, ya que a pesar
de haber comunicado a los participantes su deseo de paz y cooperación,
estos se habían dedicado a competir. El titán decidió que compitieran en la
última prueba, el juego de banderas. Fue una competición en toda regla y
muy ajustada de la que Oceanía se alzo victoriosa, ganando así también
las Olimpiadas de Alsasau 2016.
A la noche, se entregó el premio
a la delegación ganadora y todas juntas celebraron el fin de año en la
gran ceremonia de clausura de las olimpiadas. Fue una gran fiesta en la
que todos juntos rememoraron lo bien que lo habían pasado y todos los
amigos que habían hecho, bailando y cantando al unísono como si de un
solo grupo se tratara.
Al día siguiente, todos se juntaron para
preparar y celebrar una Eucaristía en la que dar gracias a Dios por el
gran campamento y los momentos vividos.
Tras limpiar la casa que
los había acogido durante los tres días y dejarla, como siempre, mejor
de como la encontraron, se juntaron una ultima vez para comer y partir
rumbo a sus casas, cansados pero contentos y con la cabeza llena de
preciosos recuerdos.
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