Al igual que otros años este curso hemos podido disfrutar del Camino de Santiago, actividad con que culminamos el curso en el segundo ciclo de la ESO en Egibide. El día 1 de Julio partimos de Vitoria dirección a Vigo después de la típica bendición de manos de Diego Bande y acompañados por un montón de educadores y por nuestros familiares. Todos los allí presentes estábamos cargados de ilusión y expectantes por la aventura que comenzaba.
Valença do Minho (Portugal)
Han sido 10 días, 9 noches, 8 etapas… pero, sobre todo, han sido miles de momentos especiales los que nos ha deparado esta experiencia. Nos hemos encontrado con días soleados en los que la sombra de cualquier árbol era acogida como el mejor de los regalos, en los que agradecíamos profundamente cada una de las fuentes del Camino y las deliciosas y nutritivas comidas que nos daban energía y nos ayudaban a recargar pilas para seguir con las actividades; hemos tenido momentos para escuchar el silencio (descubriendo así que en el silencio se escuchan muchas cosas: a nosotros mismos, a Jesús, nuestros sentimientos, sonidos y detalles de la naturaleza que en el ruido pasamos por alto…), momentos para compartir inquietudes con nuestros compañeros de camino, momentos de ayuda y solidaridad, momentos de alegría, cantos y risas, momentos para celebrar… momentos, todos ellos, maravillosos. Momentos que hemos compartido con nuestras familias, educadores y amigos a través de Twitter.
También hemos peregrinado junto a distintos grupos, con los que compartíamos la ilusión por presentarnos ante el apóstol Santiago, por seguir caminando, por completar un Camino, que no es sino el comienzo de una nueva forma de caminar por el CAMINO, por la VIDA. Hemos caminado por Rubiaes, Tui, Mos, Redondela, Pontevedra, Caldas de Reis, Padrón (como los pimientos), Milladoiro y SANTIAGO. Conocimos un poco el norte de Portugal (la imponente fortaleza de Valença do Minho), y también preciosos lugares de Galicia, desde la catedral de Tui, la bella Pontevedra con su iglesia de la Virgen Peregrina, Padrón..., pequeñas iglesias y cruceiros que nos acompañaban en el Camino, antiguas carballeiras, las rías gallegas… y sobre todo, la ciudad santa de Santiago de Compostela. ¡Atravesamos la puerta santa de la catedral y leímos una petición al apóstol Santiago allí!
Oración de la noche
A las mañanas caminábamos, pero no todo ha sido caminar. Por las tardes y a las noches hemos disfrutado de distintas actividades, algunas bastante originales y rocambolescas como los juegos de distensión, los talleres o la velada musical explosiva. Momentos para disfrutar, reír y compartir. Además, todos las mañanas, comenzábamos el día junto a Jesús, con una pequeña oración que leían los grupos en su diario del Camino y del mismo modo, despedíamos el día haciéndonos conscientes de la presencia de Jesús en nuestra vida, a través de una oración que giraba en torno al lema del día (la alegría, el silencio, compartir, el perdón…), para después recoger lo que esta experiencia iba dejando en nuestro corazón en nuestros diarios.
Plaza del Obradoiro (Santiago de Compostela)
Una experiencia que no ha dejado indiferente a ninguno, una aventura que nos ha unido y nos ha convertido en comunidad. Hemos vuelto con la Compostela, el documento por el cual se perdonan nuestras faltas y que da fe de que hemos hecho el Camino de Santiago, pero, sin duda, la mayor prueba de que hemos vivido el Camino, es que nuestros corazones han venido llenos de recuerdos y experiencias que los transforman, que nos convierten en peregrinos, porque… ¿Quién dice que el Camino haya acabado? ¡¡Seguimos siendo peregrinos!! ULTREIA!!
Christian Luna· Monitor de Tiempo Libre y acompañante de Ibiltariak
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